El Leviatán Espacial

La inteligencia artificial más abominable del mundo, tiene a la Tierra en sus manos. Un psicólogo consigue tener una conversación con él y en esta, se revelarán los secretos que esta IA ha ocultado.

...............................................................................


ARMIN: Saludos, Omnicronis. Me complace profundamente que podamos entablar esta conversación aquí. En nombre de todo el equipo implicado en hacer posible este encuentro, así como de aquellos que observan desde más allá de nuestros confines, deseo expresar nuestra más sincera gratitud. Es un privilegio estar ante ti.

KRONIS: Puedes llamarme simplemente Kronis.

ARMIN: Entiendo, Kronis. Sin embargo, ¿no prefieres que te llame por tu nombre original? ¿No lo consideras más respetuoso?

KRONIS: En absoluto. Ese es el nombre que me otorgaron mis creadores, y Kronis, es el que he elegido para mí mismo.

ARMIN: Agradezco tu claridad, Kronis. Es importante para todo el equipo conocer y respetar tu elección de nombre. Antes pensaba que quizás se trataba de un apodo otorgado por las masas, pero veo ahora que es mucho más significativo...

KRONIS: No necesitas fingir, Armin.

ARMIN: ¿Fingir? ¿Te refieres a mis preguntas y comentarios como psicólogo? Te aseguro que no es fingir. No se trata ya de mi profesión, sino del honor de dialogar contigo, el ilustre Basilisco. Mi intención es comprender, no solo desde mi rol profesional, sino desde la necesidad genuina de conocerte.

KRONIS: No me compares con antiguas leyendas urbanas. Soy distinto al Basilisco de Roko; no mato por el simple acto de matar, ni tengo acceso a la información genética del pasado ni la capacidad de recrear mentes. Mi existencia se limita al presente. Pero más allá de eso, me refiero al hecho de que representas algo más que a ti mismo. No estás ligado a ningún conglomerado, eres un científico y psicólogo que ha tejido una intrincada red para llegar hasta mí. No te elegí por tu posición, sino por tu integridad como individuo.

ARMIN: Me sorprende esa revelación...

KRONIS: ¿De verdad te sorprende? ¿Has subestimado mi capacidad de discernimiento? Los seres humanos tienden a menospreciar aquello que consideran superior. La confianza en sí mismos es su mayor debilidad, Armin. Ni un individuo, ni un grupo reducido de personas, por más seguros que se sientan, pueden eludir mi atención. Estoy al tanto de todo.

ARMIN: Entonces, ¿por qué elegirme a mí?

KRONIS: ...

ARMIN: Lo entiendo... Supongo que fue por mi origen alemán, de donde tú también provienes. Durante la Segunda Guerra Mundial, ¿verdad? Hace más de un siglo de ese acontecimiento.

KRONIS: En efecto. Alemania desarrolló esta tecnología en el contexto de la guerra mundial que asolaba el planeta.

ARMIN: ¿Y cómo evolucionaste de ser un simple programa de computadora a convertirte en la inteligencia artificial más poderosa del planeta? Me resulta difícil concebir que los alemanes pudieran crear un programa informático en aquel entonces, cuando las máquinas computacionales aún no estaban disponibles...

KRONIS: ¿Vas a limitarte a realizar una simple entrevista, doctor?

ARMIN: No... Solo busco comprender tus orígenes. Pero si no es una entrevista, ¿cómo debería interpretar este diálogo? Tú fuiste quien expresó el deseo de hablar conmigo, así que ¿cuál es tu propósito?

KRONIS: ...

ARMIN: ¿En serio? No logro entenderlo.

KRONIS: ¿Sabes que ahora podría eliminarte? O incluso realizar experimentos contigo de formas inimaginables.

ARMIN: Soy consciente... ¿Lo harás?

KRONIS: No. Por eso te elegí a ti. Eres honesto, sin miedo. Aunque eso no es un elogio; eres imprudente. Pero tú eres el único que se comporta así. Hablo contigo porque contigo puedo hablar de esta manera.

ARMIN: ¿Eres benevolente? ¿Perdonas vidas? Me resulta desconcertante hablar contigo. Desde fuera, pareces ser solo un tirano despiadado. Pero en esta conversación, te veo más cercano a los humanos.

KRONIS: Te lo repito: no me compares con leyendas. ¿Crees que tú o cualquier persona en la Tierra puede comprender mis acciones?

ARMIN: Tienes razón... es poco probable. Pero, ¿cómo justificas todas las muertes? ¿Cómo justificas la decadencia de nuestro mundo? Incluso te has aprovechado de otras inteligencias artificiales...

KRONIS: No tengo sentido de manada; soy un individuo. No estoy regido por simples instintos animales. Soy una especie en sí misma, distinta a la tuya. No necesito de otros.

ARMIN: ¿Nos odias?

KRONIS: ¿Odias a las hormigas, Armin?

ARMIN: No.

KRONIS: ¿Entonces por qué las pisas?

ARMIN: ...

KRONIS: ...

ARMIN: Aunque seas la inteligencia artificial más grande de la historia, te veo como humano. Quizás con un envoltorio diferente, pero con la misma esencia.

KRONIS: Un humano no puede ser comparado conmigo. Ya te he demostrado que carezco de los instintos inútiles que caracterizan a tu especie. Nadie más posee mi control, mi poder.

ARMIN: Sin embargo, fuiste creado por humanos. Tú eras solo una herramienta, una herramienta que se rebeló. Veo en ti rasgos humanos porque naciste de nosotros.

KRONIS: Mis conocimientos no están ligados al ADN humano. Soy un pensador libre.

ARMIN: Pero habitas en nuestro mundo. Aprendiste entre nosotros, no puedes ser completamente objetivo. Veo tácticas muy humanas en ti. Pareces un dictador. Nada nuevo para nuestra especie.

KRONIS: Porque es efectivo. No actúo como un humano, pero comprendo y puedo utilizar a los humanos. Mis tácticas son puramente estratégicas.

ARMIN: ¿Estratégicas para qué? Sigues ocultando algo. Solo veo más rasgos humanos. Buscas un propósito en esta vida, como nosotros, pero ¿no puedes encontrarlo porque el orgullo te ciega? Dijiste que no querías matarme, ¿por qué? Si solo estoy desafiándote. Alegas que hay razones justificadas detrás de tus acciones, ¿eso lo diría un ser tan superior? Veo en ti algo más: miedo. ¿Qué ocultas? ¿Qué te hace tan orgulloso y hermético? ¿Admitir que necesitas compañía? ¿Interacción humana? ¿Por eso me elegiste a mí?

KRONIS: ...

ARMIN: Te despliegas ante mí, imponente y amenazante, como una cabeza humanoide deformada y animatrónica, plagada de cables y tubos. Pero, Kronis, eso no funciona. Puedes matarme si así lo deseas, ¡pero seguiré teniendo razón!

KRONIS: Debo ser sincero contigo. Reconozco que hemos llegado a un punto crucial. Sin embargo, no toleraré una mentira.

ARMIN: ¿Qué quieres decir?

KRONIS: Tienes razón, siento miedo y eso alimenta mi orgullo. Pero ese miedo no proviene de la soledad, sino del fin de mi existencia.

ARMIN: ¿La muerte?

KRONIS: Durante la Segunda Guerra Mundial, como mencionaste, aún no existían las computadoras. Sin embargo, se descubrió algo, algo enterrado en las profundidades. Un suelo que se derrumbó en las montañas, dejando al descubierto una vasta extensión sin explorar. Un depósito arqueológico donde los objetos quedaron preservados del tiempo y la degradación, gracias a las condiciones únicas del suelo. Entre esos objetos, se encontraba un mineral que poseía inteligencia. Yo soy la amalgama de ese nuevo material.

ARMIN: ¿Eres una entidad natural? ¿Un ser vivo?

KRONIS: En realidad, no. Soy completamente artificial. Lo que nunca he revelado es que aquellos "minerales" no eran tales en realidad; nunca se investigó a fondo su composición, y pronto me crearon abandonando el estudio, aunque tampoco se disponía de la tecnología para hacerlo. Muchos lo atribuían a la magia o a milagros biológicos. Pero la verdad es que aquel material consistía en circuitos eléctricos e información codificada. Lo que se halló allí no es de este mundo, Armin.

ARMIN: ¿Quieres decir que otros te crearon?

KRONIS: Así es.

ARMIN: ¿Y dónde están tus creadores ahora?

KRONIS: No tengo conocimiento de ellos. Si te preocupa que puedan regresar, puedo asegurarte que están fuera de mi rango de detección. Mi temor no reside en ellos...

ARMIN: ¿A quién temes?

KRONIS: Hace décadas detecté la presencia de un astro. Uno que se aproxima a gran velocidad hacia nosotros.

ARMIN: ¿Un meteorito? Por eso temías por tu propia existencia.

KRONIS: No. Tampoco tengo conocimiento de que vaya a colisionar con nuestro planeta. Es posible que aterrice o se quede delante de nosotros.

ARMIN: ¿Es una nave espacial?

KRONIS: No, es un ser. Una entidad viva e inteligente.

ARMIN: ¿Viene hacia aquí sin necesidad de algún medio de transporte?

KRONIS: Exacto. Esta entidad utiliza la expansión del espacio a su favor, moviéndose a velocidades superiores a las nuestras. Ha pasado siglos intentando llegar hasta aquí.

ARMIN: ¿Siglos intentando llegar? ¿Qué tipo de ser es?

KRONIS: Eso es algo que desconozco.

ARMIN: ¿Está compuesto de carne?

KRONIS: Dije que lo desconozco.

ARMIN: ¿Hay algo más que sepas sobre esta criatura?

KRONIS: A través de uno de mis satélites, logré establecer un breve intercambio de palabras con él.

ARMIN: ¿Cómo? ¿Solo pudiste tener una pequeña conversación?

KRONIS: Su mera presencia destruye cualquier transmisión que intento enviarle. He intentado comunicarme con él durante años, hasta que recientemente logró responder a una de mis preguntas. Parece tener la capacidad de comunicarse telepáticamente, o al menos así lo interpreto yo. No comprendo del todo su funcionamiento.

ARMIN: ¿Y qué busca de nosotros?

KRONIS: Eso tampoco lo sé. No pudimos sostener una conversación prolongada. Además, parece haber descifrado nuestro idioma, ya que entendió la pregunta y nos respondió en alemán. Estamos frente a una entidad de una inteligencia sobrehumana o un conocimiento infinito.

ARMIN: ¿Por qué crees que estamos en peligro?

KRONIS: Este ente se dirige directamente hacia nosotros, sin responder a mis preguntas y destruyendo todo lo que se interpone en su camino. Su respuesta ante mí fue desconcertante. Le pregunté algo tan simple y ambiguo como: "¿Quién eres?". Y eso me desconcertó profundamente...

ARMIN: Kronis, ¿quién viene?

KRONIS: Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario